"Mil disculpas a todos por no cumplir lo prometido: un nocaut en el segundo round". Con esta frase, vía Facebook, Carlos Rubén Darío Ruiz procuró ponerle un toque de humor a lo que acababa de conseguir: un tremendo triunfo a los 35 segundos del primer asalto frente al japonés Takashi Nishimura en la ciudad nipona de Toyama. La rapidísima definición que alcanzó ayer "Bad Boy" no sólo le puso un detalle dorado en su palmarés de 18 combates, que reúne ahora 16 victorias (diez por la vía rápida) y dos derrotas. También le abrió las puertas a la oportunidad de pelear por un título mundial bajo la órbita de la Organización Mundial de Boxeo.
"Preparen la fiesta que en junio se viene el título" agregó Ruiz, que no le dio tiempo al japonés ni siquiera para acomodarse en la pelea, pactada en principio a seis rounds. Esta fue su tercera experiencia internacional (en las anteriores, en México, había sufrido sus únicas derrotas). "Bad Boy" llegaba a este combate con Nishimura con la frustración de no haber podido enfrentar al boricua Jonathan González, rival que estaba en sus planes.
Antes de partir la semana pasada a tierras japonesas, Ruiz había señalado que sus expectativas pasaban por ganar la pelea y que sea muy corta. "Los grandes cumplen desafíos grandes y yo me considero un grande, dentro de lo malo y lo bueno que tengo. Creo que merezco ganar y por eso viajé tan lejos a cumplir un desafío de la vida. Me siento capaz de ganar en cualquier lado y eso es lo que voy a lograr", sostuvo a LG Deportiva. Pasó de la promesa a la concreción.